A tres años de la publicación de esta nota acerca de la Universidad Trashumante recuperamos esta experiencia de construcción de una revolución desde la educación popular.
La universidad trashumante está dentro del grupo de movimientos que luchan por crear un nuevo paradigma social, cultural, y político. Lo hacen desde la educación, promoviendo la autonomía, el pensamiento critico, el trabajo interdisciplinario y la organización social.
Comprometidos muy fuertemente con la situación social actual, construyen las condiciones para lograr un cambio de sistema. El proyecto consiste en que el cambio no sea un sueño distante que desmovilice a las personas, sino una práctica cotidiana.
Desde San Luis a pesar de los Saá
El proyecto nació en plena década de los 90, en la Cátedra de Sociología de la Educación de la Universidad Nacional de San Luis y del grupo Sendas para la Educación Popular con sede en la misma provincia. Pablo, uno de sus integrantes, nos cuenta que “los estudiantes sentían que el espacio universitario estaba cerrado, que no había espacio para trabajar en lo que necesitaban dentro de la universidad”.
Con un proyecto de extensión consiguieron que les donaran un colectivo Dodge modelo 70, (un verdadero armatoste) al cual bautizaron Quirquincho, que en quechua significa doblemente empecinado. El Quirqui, como lo llaman, con toda su simbología, su rostro pintarrajeado con los nombres de los pueblos visitados, su carcasa memoriosa conocedora de todos los olores que habitan las geografías de nuestro país, ya recorrió más de treinta mil Kilómetros. viajando desde Ushuaia hasta la Quiaca.
Con el tiempo el proyecto se fue agrandando, comenzaron los viajes, se formaron grupos de educadores populares, se sumaron artistas, estudiantes, campesinos, tejedoras, poetas, bailarines, músicos. A partir de allí se comenzaron a dictar talleres de educación popular y se realizaron encuentros y circos criollos en diversos puntos del país.
Ideológicamente proponen y van en busca de una revolución epocal, que la construyen desde una militancia apartidaria y la educación popular como práctica cotidiana. Axel, de la UT reflexiona acerca de la revolución de esta manera: “Revolución que necesariamente debe ser epocal, es decir, sin nostalgias de lo ocurrido en tiempos anteriores y también sin anticipos dogmáticos que determinen sin reflexión los rumbos a seguir. Revolución que empieza dentro nuestro y tendría que constituirse como esperanza en el imaginario colectivo. Por todo esto es que también, hemos decidido desde hace algunos años, no trabajar en lo político partidario, ni dentro ni fuera de la Universidad. No porque consideremos que no sea importante, tiene que ver con cuestiones vocacionales, de estilos, de capacidades y también de formas teóricas, metodológicas y vivenciales de como construir diferente en la sociedad actual”.
Trashumante, repensarse, caminar, trasque?, trashumancia, moverse…
Cuando uno va entendiendo cómo es la vida trashumante se va a encontrar con palabras como socialización, optimismo, fortaleza, compromiso, y va a ir comprendiendo que es algo que se realiza todo el tiempo, interior y exteriormente, que no queda dentro de las cuatro paredes de un aula o dentro de un libro, que sale y se relaciona con lo cotidiano, que se pone al servicio de las necesidades de los otros y de uno por consecuencia.
Trashumancia: “La trashumancia no es sólo una actitud frente a la vida. Es por cierto caminar, estar vivos, creer y creernos, escuchar, saber mirar al otro desde el otro, no quedarse en el pasado, amar con esperanza y pasión el futuro. El trashumante debe saber enfrentar la soledad y animarse desde allí, siempre, a construir lo colectivo.”
Su actitud está ligada íntimamente a la vida. No es nostálgica, ni los convierte en bohemios, tampoco en románticos soñadores. Su meta es ayudar a cambiar el mundo, meta no lejana, porque es cotidiana, lo hacen en el día a día, pensando y haciendo, estudiando y en las prácticas cotidianas, profundamente responsables pero a su vez muy alegres, convencidos de que hay que ser abiertos, que esto implica vastas luchas interiores, muchas de ellas dolorosas, pero que los ayudan a crecer, a sentir que no están solos y por eso entre los compañeros se contienen, confían, se abrazan”.
Trashumar, en síntesis, es caminar por dentro y por fuera, es "otear" el mundo en el cual hoy vivimos, buscar un camino diferente que, sin dejar de lado las ideas y valores más trascendentes, permita construir desde otros lugares.
Resignificación educativa
En la Transhumante adaptan la educación a las necesidades de cada región y de cada persona en un sentido más psicológico, rechazan por completo la formación de profesionales a medida preparados para un puesto de 8 horas diarias dentro de una multinacional.
Por estos lados entienden a la educación como una herramienta al servicio de las mayorías e intentan “hacerlo con la máxima seriedad y alegría posibles. Esto implica estudiar, preocuparnos por construir y reconstruir los marcos teóricos, con la intención de que sirvan para poder profundizar las prácticas que realizamos. Dentro de uno de sus manifiestos proclaman “No somos ni pertenecemos a grupos iluminados que tienen todo claro y cada vez juntan menos gente. Lo hacemos desde la alegría y desde la esperanza real de que caminamos hacia un futuro diferente. No sólo utilizamos la racionalidad, sino también toda la riqueza que nos dan las expresiones artísticas, como formas de presentar nuestro mensaje”, dice Axel.
El pensamiento trashumante también propone una formación interdisciplinaria entre lo artístico y la formación educativa, donde se mezclan el teatro, la murga, el circo, la danza, el canto, etc. “Lo artístico refleja lo popular, interpreta a las personas, expresa lo que le pasa a la gente en general. Nos permite una aproximación a la vida desde una visión diferente y de la cual tenemos también mucho que aprender. A nosotros mismos nos pone en contacto con las alegrías y dolores más profundos”, dice también Axel.
Promueven la idea dialéctica de que "nadie educa a nadie, nadie es educado por nadie, sino que todos nos educamos juntos", idea que nos remite inmediatamente a Paulo Freire, uno de los teóricos de más influencia en el proyecto. (Y Sarmiento y sus profesores foráneos?)
Este sistema educativo permite que la persona que no sabe escribir pueda ser participe de esta formación y que no se vea reducida a repetir estructuras dadas por los educadores. El sujeto propone una serie de palabras “generadoras” pertenecientes a su cotidianeidad, a su propia cultura, estas palabras serán deconstruidas en unidades más pequeñas para luego combinarse nuevamente y formar otras palabras que puedan trasmitir su experiencia de vida. La idea es no caer en la repetición del mi mamá me mima o papá fuma pipa.
Con el avance de la alfabetización, el sujeto podrá transmitir y comprender más críticamente su contexto, porque se habrá relacionado con él. Tendrá una actitud activa por esta relación dialéctica sujeto-medio en la cual ambos se modifican.
Freire: Pedagogo brasileño, nacido el 19 de septiembre de 1921 en Recife. A lo largo de su vida se dedica a alfabetizar a las personas adultas, inventando su propio método de alfabetización. Acusado de subversivo internacional, traidor de Cristo y del pueblo brasileño, es encarcelado y exiliado a Chile después del golpe de estado de 1964, donde encuentra el marco ideal para seguir desarrollando su teoría y su praxis. Fue nombrado experto de la UNESCO y posteriormente pasa a ser profesor de la universidad de Harvard. Fue asesor de varios países de África recién liberados de la colonización europea. En 1980 regresa a Brasil donde pone su mayor empeño en la lucha por una escuela pública y de calidad para todos. Entre 1989 y 1992 asume la Secretaría de Educación de la Prefectura de San Pablo. A partir de 1992 da clases en la universidad de la cuidad y cursos y conferencias por todo el mundo. Muere en 1997. Entre sus obras se destacan “La educación como práctica de libertad” y la “Pedagogía del oprimido”.
Política pedagógica
Todo el pensamiento trashumante dentro de la educación popular tiene una base, un argumento político-ideológico, que va desde el compromiso social, tratando de romper con el aislamiento imperante, en busca de la liberación, ya sea desde el arte, la política, la educación o cualquier actividad dentro de la sociedad teniendo siempre un pensamiento crítico, autónomo y en busca del cambio social.
Para Pablo, “nuestra propuesta teórica es aportar a la transformación de nuestra sociedad desde la reflexión política pedagógica, como educadores populares nuestra tarea primaria y esencial es aportar herramientas de formación en la lectura de la realidad, mirar desde los otros, comprometernos “in situ” con los actores sociales, generar espacios de reflexión en el que la mayoría de las voces puedan decir y decirse, fortalecer la organización popular de base. La proyección de acciones tiene que ser necesariamente diferente. Y su búsqueda también. Si trabajamos por un “nosotros” diferente, necesariamente debemos partir de reconocer las diferentes formas de organización social, política y cultural y respetar los saberes cotidianos, de la vida, de los oficios diversos. Es así que creemos que una de las tareas fundamentales de la Educación Popular es aportar herramientas de construcción de un poder alterativo (de este orden establecido) y alternativo. Por eso apostamos a la construcción de espacios superadores de los partidos políticos, de los sindicatos y de las políticas de este Estado cooptado. Esto significa trabajar desde la formación de los sujetos en la construcción de una revolución”.